Se caracteriza por la claridad de las texturas, la simetría de las frases, la consolidación de la tonalidad plena y el establecimiento de las formas musicales clásicas (sinfonía, sonata, cuarteto...).
Estetica y carracteristicas generales
El siglo XVIII fue el de la Ilustración, y su estética se trasladó al estilo musical: gusto por lo natural, lo equilibrado y lo claro; rechazo del artificio y el exceso de sofisticación de la música barroca; imitación de la naturaleza, en forma de estructuras simples y frases simétricas similares a las de la música folclórica; en la ópera, verosimilitud y cercanía al espectador de los argumentos, e integración íntima del drama y la música.
Además el público de la música culta se extendió de la vieja aristocracia a la pujante burguesía, que compraba masivamente ediciones de partituras y llenaba los teatros de ópera y de concierto, lo que impulsó a los compositores a acercar su estilo a lo popular. La difusión de la música aumentó y se internacionalizó, y con ella la fama de los compositores más destacados, de modo que el estilo se unificó en toda Europa y los autores más conocidos hicieron frecuentes giras por las principales capitales del continente.Como consecuencia de todo ello las características principales de la música del Clasicismo son:
- Uso de la textura de melodía acompañada, consistente en el predominio de la voz más aguda, que centra el interés en su melodía, mientras el resto de instrumentos la acompañan; sólo en ocasiones se usa la homofonía o la polifonía imitativa. El acompañamiento es ya escrito explícitamente (desuso del bajo continuo).
- Melodías de un mayor carácter cantabile y simétricas, con frases estructuradas en antecedente y consecuente (o pregunta y respuesta), que típicamente se cierran en las armonías de dominante y tónica, respectivamente.
- Armonías muy claras y funcionales, basadas en los acordes de tónica, dominante y subdominante, que estructuran las frases y la forma musical con cadencias muy claras. El ritmo armónico (velocidad a la que cambian los acordes) suele ser más lento que en el Barroco: es típico el acompañamiento arpegiado llamado bajo de Alberti en el piano, o el trémolo en el acompañamiento orquestal.
- Se escribe mucha más música en modo mayor (más alegre) que en modo menor. Se amplía el campo de las modulaciones y se usan tonalidades cada vez con más alteraciones.
- Compás muy claro y regido también por la armonía.
- Se amplía la orquesta y su rango dinámico. Cada vez se escribe en detalle una mayor variedad de dinámicas y articulaciones, dejando menos espacio a la interpretación del ejecutante.
- Se usan formas estandarizadas (en particular la llamada forma sonata) pero con gran interés y variedad en la estructura interna de la música. Es en este periodo cuando se definen claramente las formas y estructuras en las que se basa la música culta occidental casi hasta nuestros días: la sonata, la sinfonía y el concierto clásico.
A mediados del XVIII convivieron diversas corrientes musicales. El Rococó o estilo galante, ejemplificado por Johann Christian Bach (hijo de Johann Sebastian Bach y conocido como el Bach de Londres), se caracterizó por el paso de las texturas complejas a melodías claras con acompañamientos sencillos, y la creación de estructuras formales bien definidas con secciones claramente articuladas: una fusión de la claridad formal de la música francesa con las innovaciones armónicas y estructurales del estilo italiano, como las del sinfonista milanés Giovanni Battista Sammartini. En Alemania surgió el Empfindsamer Stil o estilo sentimental, que buscaba la expresión directa y natural de sentimientos, y que practicaron Wilhelm Friedemann Bach y Carl Philipp Emmanuel Bach (el Bach de Berlín), hijos ambos también de Johann Sebastian.
Una de las figuras decisivas en la fijación de la forma sonata fue el compositor italiano Domenico Scarlatti. El estilo de sus obras era innovador porque utilizaba estructuras claras, y melodías con acompañamientos cada vez más comprensibles para el oyente. Otro compositor influyente fue Christoph Willibald Gluck, reformador operístico que pretendió volver a una fusión de música y texto, restándole importancia a la improvisación de ornamentos típica del bel canto y atendiendo más a la modulación como forma de articular las escenas dramáticas.
1775 a 1790
El centro de gravedad de la música europea se situó en Viena, donde un joven compositor comienza a revolucionar la ópera y el concierto: Wolfgang Amadeus Mozart. Aunque se basó en los aportes de Haydn, Mozart prefería melodías más cantables, al estilo italiano. Además en sus obras se aprecian más cromatismos y otras modificaciones armónicas. En cuanto a la instrumentación, utiliza más variedad de instrumentos, en ricas combinaciones tímbricas.
En la década de 1780 Muzio Clementi adquiere prestigio con sus sonatas y estudios para piano. Este compositor incentivó la extensión de la tesitura del instrumento, entre otras modificaciones que brindaron nuevas posibilidades. Similar papel jugó para el violonchelo Luigi Boccherini, italiano afincado en España.
Beethoven y el paso al romanticismo
Una nueva generación de compositores formada por Johann Nepomuk Hummel, Luigi Cherubini y Ludwig van Beethoven comenzó a cobrar importancia. Formalmente, la sección de desarrollo de la forma sonata se hizo cada vez más compleja. También se complicaron los acompañamientos para crear texturas más ricas, y la armonía se volvió más flexible y elaborada. El piano ocupó un lugar central. Beethoven fue el que produjo los cambios más profundos en el estilo y por ello es considerado el responsable de la transición hacia el periodo romántico. Sus principales aportes fueron las innovaciones armónicas, y la búsqueda de una mayor expresividad. También fue un pionero en cuanto a la orquestación de sus sinfonías, ya que utilizó muchos instrumentos que no formaban parte de la orquesta y esto impulsó la ampliación de la misma.
FORMAS MUSICALES DEL CLASICISMO
-Formas instrumentales.
Las formas instrumentales del Clasicismo reciben su nombre según el conjunto al que están destinadas:
- La sonata está escrita para un instrumento solista (generalmente el piano), o bien para piano y un segundo instrumento (violín, flauta, etc.).
- El trío, el cuarteto, el quinteto... denominan a obras escritas respectivamente para tres, cuatro, cinco... instrumentos. Entre estas combinaciones quedan fijadas algunas plantillas fijas, como la del cuarteto de cuerda o el quinteto de viento.
- La serenata, el divertimento y la casación suelen estar escritas para un conjunto de tamaño medio (pequeña orquesta de cuerdas, banda de viento), para ser interpretados al aire libre.
- El concierto está escrito para un instrumento solista y orquesta.
- La sinfonía es una obra escrita para orquesta sinfónica.
- En el primero se sigue un esquema con tres partes: primero una exposición en la que el compositor nos presenta dos temas, uno enérgico, en la tonalidad principal, y otro más melódico, en la dominante o el relativo mayor. En segundo lugar, el desarrollo, en el que se establece un conflicto entre los dos temas, que son fragmentados, transportados, variados... Finalmente la reexposición, en la que la tensión armónica se resuelve al volver a escucharse los temas iniciales en la misma tonalidad.
- El segundo movimiento, lento, suele ser más melodioso, utilizándose la forma lied, de estructura ternaria y carácter lírico.
- El tercer movimiento tiene un carácter más desenfadado, generalmente en forma de minueto, danza de origen francés, o de scherzo (en el caso de Beethoven).
- En el cuarto movimiento se adopta casi siempre la forma rondó, que alterna un tema principal a modo de estribillo, en la tonalidad principal, con episodios en otros tonos.
-Los instrumentos y la orquestra en el clasicismo
Si bien la mayoría de los instrumentos sinfónicos ya existían desde el Barroco, muchos de ellos cambian y se adaptan a los nuevos requerimientos estilísticos y de composición de la época: así, los de viento aumentan el número de agujeros y llaves para adaptarse a las tonalidades con muchas alteraciones. Algunos instrumentos que surgen en este periodo son el pianoforte, el arpeggione y el clarinete, mientras pierden vigencia casi hasta su extinción la viola da gamba, el clavicordio, la flauta dulce (que volverá a renacer en el siglo XX), el bajón y el laúd, entre otros. El fortepiano se impuso sobre el clave de tal forma que pasó a ocupar un lugar central en la música de cámara e incluso en los conciertos solistas.
Este es un periodo clave también para la orquesta porque se configura la orquesta sinfónica como tal, por influencia de Mozart, Haydn y la escuela de Mannheim. De la orquesta de cámara heredada del Barroco se mantiene la sección de cuerdas como base, aunque esta es ampliada en número y suele complementarse con al menos un par de oboes y de trompas. Al avanzar el siglo queda fijada la sección de instrumentos de madera a dos: dos flautas traveseras, dos oboes, dos clarinetes y dos fagotes. La sección de metal solía incluir entre dos y cuatro trompas, dos trompetas (con timbales) y, ocasionalmente, uno o varios trombones. Se abandona la práctica del bajo continuo, y con ello el clavecín en la orquesta, salvo para los recitativos operísticos.
-Las formas vocales.
Ópera: Ya desde inicios del siglo XVIII se había convertido en un fastuoso espectáculo de corte, a través del cual los monarcas y aristócratas exhibían su esplendor. Los temas se referían a la mitología y representaban grandes tragedias lírico-heroicas, montadas con gran aparato: era la llamada ópera seria, cantada en italiano.
Por el contrario, las clases sociales menos favorecidas contaban con su propio teatro musical, la ópera buffa, pequeñas actuaciones satírico-burlescas. De breve duración y argumento simple, recurren a la expresión directa en lenguaje coloquial y se sirven de dos o tres personajes solamente, reduciendo al máximo los elementos musicales, en los que desde luego están ausentes los coros y cobra la mayor importancia la melodía popular de fácil construcción. La opera buffa ganó importancia y nivel artístico durante el Clasicismo, y aparecieron además versiones nacionales, escritas en la lengua local y con diálogos en lugar de recitativos, como el Singspiel en Alemania, la zarzuela en España y la opéra-comique en Francia.
La música religiosa: Un gran número de compositores siguió adscrito al servicio de la Iglesia, y continuaron escribiendo por tanto formas religiosas como la misa y el motete, en general para orquesta, coro y solistas, y en un estilo deliberadamente arcaico. Un ejemplo muy conocido de este género es el Requiem de Mozart.
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